Este blog está especialmente pensado para los
alumnos de la asignatura Piano como 2º instrumento,
que se imparte en el Conservatorio Profesional de Música de Oviedo. Pero también, por supuesto, para cualquiera que disfrute de la música clásica y, en
particular, de la de piano.
sábado, 10 de noviembre de 2012
Beethoven-Sonata op.27 nº2, 3º movimiento
Esta semana vais a escuchar el tercer movimiento de una de las sonatas más conocidas de Beethoven, denominada popularmente Claro de luna. La interpretación es de D. Barenboim, al que ya conocéis.
Una gran interpretación sin ninguna duda. Es impresionante la manera en que Baremboim ejecuta la obra beethoveniana, en particular en esta famosa sonata me gustaría reseñar los apoyos que hace sobre ciertas notas consiguiendo así gran expresividad. Se trata de una obra que refleja perfectamente el carácter de la obra de Beethoven, escuchando esta sonata con detenimiento no se puede dudar de su autoría, la música de Beethoven por tanto tiene identidad propia. Enrique Otero
Me parece impresionante la manera de interpretación de esta sonata. Se nota que a Barenboim le gusta interpretar la música de este grandísimo compositor. Podemos distinguir perfectamente rasgos del romanticismo aunque con ciertos matices pertenecientes todavía al clasicismo como el caso del bajo Murky. Queda demostrada la teoría de que el piano de Beethoven es un piano sinfónico con multitud de voces diferentes y una serie de características que hacen de estas obras una auténtica maravilla de escuchar.
Esta obra es de una riqueza extraordinaria y el pianista Barenboim sabe sacarle el mayor partido matizando cada una de las voces y sonidos con una habilidad fuera de lo común. Mu gusta cómo acentúa el bajo y la suavidad con la que suena la voz más aguda dentro de la obra, lo hace con una delicadeza deliciosa, sin contar el virtuosismo en las partes más rápidas, que también me llamó la atención.
Esta obra es un claro ejemplo de la gran brillantez y dificultad de ejecución tan característica de las sonatas de Beethoven pertenecientes a su segunda época. La pieza está a medio camino entre el clasicismo y el romanticismo. Ha sufrido ligeras modificaciones, pero nada tan palpable como para poder situarla estrictamente dentro de una época concreta. Me gusta mucho la interpretación por parte de Barenboim y la seguridad con la que efectúa los rápidos arpegios ascendentes que se repiten a menudo por toda la obra. Destaca perfectamente todos los matices, evitando siempre la monotonía, para mantener la atención del público desde el principio hasta el final. En resumen, muy buena obra y muy buena interpretación.
Me parece una interpretación muy buena. Se distingue muy bien la diferencia entre los pianos y los fuertes y las diferencias entre cada voz. Lo que más me impresionó fueron las partes rápidas, son una pasada.
Una gran interpretación por parte de Barenboim de una obra de uno de sus compositores preferidos. La obra representa el tránsito del Clasicismo al Romanticismo porque posee rasgos de las dos épocas (el bajo Murky del Clasicismo, y la abundancia de alteraciones del Romanticismo). También me ha llamado la atención la claridad con que efectúa los pasajes virtuosísticos.
Una gran interpretación sin ninguna duda. Es impresionante la manera en que Baremboim ejecuta la obra beethoveniana, en particular en esta famosa sonata me gustaría reseñar los apoyos que hace sobre ciertas notas consiguiendo así gran expresividad.
ResponderEliminarSe trata de una obra que refleja perfectamente el carácter de la obra de Beethoven, escuchando esta sonata con detenimiento no se puede dudar de su autoría, la música de Beethoven por tanto tiene identidad propia.
Enrique Otero
Me parece impresionante la manera de interpretación de esta sonata. Se nota que a Barenboim le gusta interpretar la música de este grandísimo compositor.
ResponderEliminarPodemos distinguir perfectamente rasgos del romanticismo aunque con ciertos matices pertenecientes todavía al clasicismo como el caso del bajo Murky. Queda demostrada la teoría de que el piano de Beethoven es un piano sinfónico con multitud de voces diferentes y una serie de características que hacen de estas obras una auténtica maravilla de escuchar.
Esta obra es de una riqueza extraordinaria y el pianista Barenboim sabe sacarle el mayor partido matizando cada una de las voces y sonidos con una habilidad fuera de lo común. Mu gusta cómo acentúa el bajo y la suavidad con la que suena la voz más aguda dentro de la obra, lo hace con una delicadeza deliciosa, sin contar el virtuosismo en las partes más rápidas, que también me llamó la atención.
ResponderEliminarEsta obra es un claro ejemplo de la gran brillantez y dificultad de ejecución tan característica de las sonatas de Beethoven pertenecientes a su segunda época. La pieza está a medio camino entre el clasicismo y el romanticismo. Ha sufrido ligeras modificaciones, pero nada tan palpable como para poder situarla estrictamente dentro de una época concreta.
ResponderEliminarMe gusta mucho la interpretación por parte de Barenboim y la seguridad con la que efectúa los rápidos arpegios ascendentes que se repiten a menudo por toda la obra. Destaca perfectamente todos los matices, evitando siempre la monotonía, para mantener la atención del público desde el principio hasta el final.
En resumen, muy buena obra y muy buena interpretación.
Me parece una interpretación muy buena. Se distingue muy bien la diferencia entre los pianos y los fuertes y las diferencias entre cada voz. Lo que más me impresionó fueron las partes rápidas, son una pasada.
ResponderEliminarUna gran interpretación por parte de Barenboim de una obra de uno de sus compositores preferidos.
ResponderEliminarLa obra representa el tránsito del Clasicismo al Romanticismo porque posee rasgos de las dos épocas (el bajo Murky del Clasicismo, y la abundancia de alteraciones del Romanticismo).
También me ha llamado la atención la claridad con que efectúa los pasajes virtuosísticos.