Esta semana volvemos a escuchar un tercer movimiento de sonata. Pertenece a la sonata La tempestad (op. 31, nº2) de Beethoven. El pianista es de nuevo Barenboim, ya que es un intérprete de referencia de este compositor.
Creo que os va a gustar ;)
De nuevo Barenboim , de nuevo Beethoven y de nuevo una excelente interpretación por parte de uno de los músicos actuales más famosos, ya que fue Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2002.
ResponderEliminarComo no podía ser de otra forma, la obra está en un tono menor, ya que pertenece al Romanticismo, y además predomina la expresión frente al orden del Clasicismo.
Sinceramente, Barenboim es uno de los músicos que más me gusta por su manera de tocar destacando todos los matices, y además, porque fue el primer músico actual del que oí hablar cuando era pequeño.
Qué obra tan bonita! Hay momentos en los que, dejándote llevar por la imaginación, las notas agudas de la melodía principal que el toca con un sutil pianissimo, te recuerdan como las gotas del agua y las más graves otros elementos de la naturaleza, efectivamente como en una tormenta. Beethoven juega con ese contraste todo el tiempo y Barenboin lo hace perfecto, todo muy seguido, muy matizado y ligado. Se distingue perfectamente la melodía del resto del acompañamiento, pero sin que deje de ser un todo. Ese público es un poco frío...!
ResponderEliminarEs una obra bastante peculiar, con cierto carácter impresionista, aunque pertenezca al Romanticismo. Con respecto a la interpretación, destacar como interpreta Barenboim esta serie de voces, haciendo gran contraste entre planos sonoros, y con una claridad impresionante de todas las notas. Se aprecia cómo disfruta el genial músico de estas obras de su compositor preferido Beethoven.
ResponderEliminarUna gran pieza del Romanticismo en la que está presente la fuerza de Beethoven. Destacan los grandes cambios de sonoridad y ritmo como algún pequeño accelerando.
ResponderEliminarBarenboim nos hace ver lo natural que es tocar el piano para él así como dar conciertos.
Como siempre Baremboim nos muestra un Beethoven extraordinario. Acaba de tocar y parece que no le ha costado nada interpretar la pieza.
ResponderEliminarLas sonatas en modo menor, reflejan muy bien el carácter beethoveniano, además son un claro reflejo del estilo romántico, con grandes cambios de dinámica y de carácter.
Enrique Otero García
En esta pieza se aprecia también(al igual que en el anterior post) y otra vez con Beethoven, el paso de clasicismo a romanticismo: ritmos más libres, adornos menos medidos, tonalidades menores, uso de acordes en abundancia,imitación del esquema orquestal... Me parece una excelente obra para dar a conocerlo que fue Beethoven en su paso de músico clásico a romántico y la interpretación me parece sublime.
ResponderEliminarMe encanta la interpretación de la obra por parte de Baremboim y la fuerte expresividad de la obra. Ya se puede apreciar que la obra pertenece al Romanticismo, puesto que emplea ritmos más complejos y libres, posee una armonía novedosa, con la incorporación de nuevos acordes que buscan crear un mayor efecto expresivo. El Romanticismo es una de mis épocas preferidas en música, arte, literatura... Es como si cada obra, concierto, cuadro, estuviese recitando poesía. Además, el intérprete es muy conocido en todo el mundo y yo creo que tiene muchísima calidad por su sutileza, control sobre cada nota, cambio, matiz; no importa si es fácil o difícil... ¡Genial!
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